La última semana de la moda en Milán arrancó el 23 de febrero con la intención de no dejar indiferente a nadie. Todos coincidimos en que la Milan Fashion Week es la más glamurosa de todas y también la que más arriesga y se atreve a proponer ideas súper innovadoras.
En esta última temporada nos han querido mostrar cómo responde la industria ante la incertidumbre sobre el futuro post-Covid-19. Parece que todos los diseñadores se han puesto de acuerdo para transmitir el mismo mensaje y dar la misma respuesta, apoyar la adaptación y la innovación, una vez más.
La Milan Fashion Week ha permitido a las diferentes marcas organizar el desfile de manera libre, combinando las propuestas digitales con las más convencionales. Fuese cual fuese la elección de los diseñadores, en las presentaciones se vivieron momentos únicos dignos de comentar.
Los desfiles de Valentino siempre dejan algo a comentar y este último no iba a ser menos. Esta edición la ha querido celebrar en el Piccolo Teatro de Milán, dando su apoyo a la cultura en estos tiempos tan difíciles. Las prendas seguían un estilo punk con un enfoque muy personal y auténtico apostando por prendas unisex. Los colores que han predominado han sido el blanco y el negro con algún detalle en oro. El diseñador Pierpaolo Piccioli explicó que esto hacía referencia al estilo al que quiere enfocar la marca. Uniendo la alta costura ya trabajada en la firma con una nueva estética mucho más moderna y minimalista. Ha eliminado los adornos y los colores llamativos que tanto han predominado en sus antiguas colecciones.
Otro ejemplo de cómo reinventarse en la Milan Fashion Week ha sido el de Jeremy Scott con Moschino. El diseñador y director creativo de la marca ha querido presentar la colección en una especie de teatro. Para esta edición, la firma ha reunido a sus musas, entre las que se encontraban Miranda Kerr, Winnie Harlow o Hailey Bieber, esta última ya retirada de las pasarelas. Moschino no ha querido adaptarse a lo que las demás marcas han hecho, y, en vez de proponer prendas cómodas y funcionales, ha preferido mantenerse fiel a su estilo y apostar por el maximalismo, el glamour y el surrealismo. No ha querido olvidar la situación de alarma sanitaria por la que está atravesando la sociedad reivindicando la necesidad de evadirnos e imaginar la llegada de tiempos mejores.
Aunque el Covid-19 sea el tema que predomina en la sociedad, hay que ser consciente de que la tecnología no se queda atrás. Es por ello que Domenico Dolce y Stefano Gabbana lo han querido plasmar en su última colección. El desfile fue virtual y presentaron un total de 135 looks. En las prendas se contemplaban unas tendencias claras como la vuelta de los 90, las prendas de punto, el patchwork o los maxi collares. Para transmitir la energía y la fuerza que tienen sobre nosotros las nuevas tecnologías utilizaron colores vibrantes y estridentes con texturas artificiales para representar la realidad virtual. Para demostrar su compromiso con el concepto han querido colaborar con la plataforma digital de venta de ropa Farfetch y vender solo allí prendas exclusivas. En el desenlace del desfile aparecieron robots para acompañar a los modelos creados por el Instituto Italiano de la Tecnología.
La pareja italiana, Dolce & Gabbana, no han sido los únicos en apostar e inspirarse en la era digital. Donatella Versace, también se ha sentido motivada para plasmar este concepto en su última colección presentada en la Milan Fashion Week. El desfile se celebró en un laberinto gigante con la forma del icónico motivo de Greca entrelazado. La primera supermodelo en pisar la pasarela fue Gigi Hadid, quien desfiló por primera vez tras su baja maternal. La diseñadora animó a las modelos a que sintieran las prendas para poderse meter mejor en el papel. Les dejó su tiempo para que se adaptaran porque piensa que, aunque vivamos en una época donde se busca la inmediatez, a veces, es importante tomarse un tiempo.
Hace poco más de un mes, Kim Jones, el diseñador de la marca, reunía a las mujeres que han dado forma a la casa Fendi para desfilar en la última temporada Primavera/Verano 2021. Con este gran gesto quería cambiar la imagen con una nueva apuesta mucho más moderna sin perder glamour. Para la colección Otoño/Invierno 2021-2022 ha mantenido ese giro, dándole protagonismo a la esencia de la marca y a sus orígenes. Ha versionado la elegancia italiana, pero con otra perspectiva. En los looks predominaban los colores neutros imitando los tonos típicos de las calles de Roma. Las prendas estrella han sido los tops y faldas de punto, los vestidos drapeados, los abrigos de ante o visón y la sastrería oversize.
Uno de los desfiles más esperados en la Milan Fashion Week es el de Prada. Quizás sea por las dos mentes que hay detrás de cada colección, la de Miuccia Prada y Raf Simons. Han querido ir más allá y organizar una experiencia visual pensada para disfrutarla de manera digital con un guiño a la esperanza de un futuro mejor. A pesar de que la marca ha evolucionado y se ha modernizado, en esta temporada ha dejado ver símbolos que reflejan sus inicios, como la presencia del logo y la reversión de alguno de sus accesorios. Se ve una perfecta fusión entre lo funcional y lo iluso, mezclando tejidos de lentejuelas con algunos más funcionales como el nylon.
Han sido muchas más las marcas que han desfilado en la Milan Fashion Week, la mayoría de manera digital. Estas han sido las que más han gustado al público por su manera de afrontar la situación y adaptarse a la nueva normalidad.
